domingo, 27 de noviembre de 2011

¿POR QUÉ JUZGAMOS SIN CONOCER?

En esta disertación voy a tratar de reflexionar sobre una cosa que creo que todos hemos hecho alguna vez, y es ¿por qué juzgamos sin conocer?

Lo primero que se nos ocurre es sobre todo en personas, lo que desencadena otras cuestiones como ¿por qué juzgamos a las personas, o les ponemos etiquetas sin conocerlas? ¿Por qué le damos tanta importancia al aspecto físico? Pero como digo, no me refiero simplemente en el ámbito de personas, sino para muchas cosas más como puede ser un plato de comida, una nueva película, un estilo de música, de ropa, un lugar...cientos de cosas de la vida cotidiana a las que les ponemos la etiqueta del NO, sacando conclusiones precipitadas y muchas de las veces equivocadas, aunque también es verdad que en algunas ocasiones preferimos no conocerlo para así no poder arrepentirnos después de la crítica que le hicimos.

Estos ejemplos que he dicho antes, creo que todos alguna vez nos han sucedido, como por ejemplo abren un nuevo local, y comentándolo entre los amigos alguno dice de no ir porque le han dicho que no está muy bien o que va un determinado tipo de gente, por lo que además estamos juzgando de antemano a las personas, con las cuales a lo mejor no hemos cruzado palabra, pero simplemente porque asisten a ese sitio, o juzgamos al sitio o a las personas por ir a él.

Aprovecho este ejemplo para citar también una manera cómoda de juzgar, y es apoyándonos en la sociedad. Como un grupo de conocidos nos han dado su crítica, ya sea sobre ese sitio, una película, una persona... nos es más fácil dejarnos influir por esa opinión que tratar de conocer eso y poder dar así nuestro propio veredicto. Pienso que muchas veces nos apoyamos en los juicios de los demás por miedo al qué dirán, es decir, a que te juzguen a ti también, y preferimos callarnos y tragarnos nuestras propias palabras para que así no nos juzguen como a los otros, e incluso como nosotros mismos lo juzgamos al principio, pero queramos o no muchas veces nos dejamos llevar por la sociedad y los prejuicios que ésta impone y que cada día son más.

Para finalizar, pienso que juzgar es como una cadena que nunca se acaba, pues igual que yo juzgo, tú también, él, ella, todos, y así sucesivamente… es algo que no podemos evitar, y que además nos hace actuar con hipocresía pues pedimos que no nos juzguen sin conocernos y a veces somos nosotros los primeros que hacemos eso, por eso si hay que juzgar, lo mejor sería hacerlos primero a nosotros mismos.


jueves, 20 de octubre de 2011

¿PORQUÉ NOS DAMOS CUENTA DE LO QUE HEMOS PERDIDO CUANDO YA HA PASADO NUESTRA OPORTUNIDAD?

De repente pasan cosas, de la noche a la mañana, que van aumentando progresivamente y sin apenas darte cuenta te van cambiando poco a poco. Te sientes de otra forma, ves las cosas desde otra perspectiva diferente, te apetece salir y no entrar más en casa, hacer todo lo que te apetezca y nunca parar de reír.

Es ahí cuando nos ha aparecido una oportunidad, pero que no le damos el mínimo valor, pues si hasta ese momento estábamos bien sin ella, ¿por qué iba a ser tan importante?

Pasan los días, las semanas y tu oportunidad continúa ahí, y tú continuas sin hacerle caso, sin darle el valor que realmente tiene.  Quizás por dudas, quizás por miedos,  es por lo que tú no le haces caso, pero por eso mismo es para otros el motivo por  el que “la oportunidad” se revela, se hace notar, quiere que te des cuenta de ella y que tú des algo de ti a cambio también. Parecen que empiezan a cambiar las cosas, vas cogiendo y aprovechándote un poquito de esa oportunidad, aunque creías que no lo necesitabas tampoco se está tan mal con ella y de momento el cambio no es para mal.

Pero “tú oportunidad” quiere más de ti, o tú más de ella, las cosas se estropean, no todo sale como uno quiere y aunque piensas que todo volverá a ser como antes, te das cuenta de que no.

Para entonces tu ya te habías encaprichado, habías pensado como serían las cosas con tu oportunidad al completo, y ahora no tienes nada de aquello, no estás ni si quiera igual que al principio, pues ahora si te das cuenta de que lo necesitabas, y que desde el principio estaba ahí, pero tú no. Vuelven a pasar semanas y porque no, hasta meses, recuerdas todo como era antes con “tu oportunidad” o si no te imaginas como serían las cosas con ella, en cualquier caso se presenta mucho mejor que como estás ahora, pues ahora ves a la que fue “tu oportunidad” que está dando todo de sí mismo con otra persona que si ha sabido aprovecharla desde el principio. Numerosos pensamientos se te pasan desde la cabeza, desde volver a alcanzar tu oportunidad, que por un momento sientes que es necesidad, olvidarlo todo y no juzgarte más, o seguir haciéndolo y recordando que pudiste hacer mal, que error cometiste, o porque ahora te sientes culpable de tal y como dejastes marchar esa oportunidad, en un principio insignifcante, pero ahora en lo que piensas todos los días y que no te puedes sacar de la cabeza.

Porque si a algo se llega en claro con todo esto es que APROVECHES, cada oportunidad, reto, que se te ponga por delante, deja atrás tus miedos, dudas, incertidumbres, problemas, rencores… pues a veces pensar no es bueno, mientras tu pierdes el tiempo en planificar como sería todo,  solo consigues perder esa oportunidad sin apenas darte cuenta de que ella estaba delante de ti todo el rato, y al final de este camino de elecciones y rechazos no es que te quedes sin nada, porque si fuera así volverías a estar igual que antes, sino que te quedas con la eterna incertidumbre de que hubiera pasado, al final te quedas sin “tu oportunidad, tu momento”.

~ Las oportunidades, a diferencia de las tentaciones, nunca se presentan dos veces ~